domingo, 7 de febrero de 2010 | By: Syan

La música como un taco



Hace unos días me encontraba en la escuela, cuando ví pasar frente a mí a un maestro que respeto bastante. No le dí mucha importancia... hasta que llegó la persona más molesta, fastidiosa, exasperante, incoherente, pervertida y hartante con que yo me he topado.

Ahora la pregunta era ¿cómo safarse de esa situación de una menra rápida y con estilo? Sencillamente comencé a caminar (me siguió, preguntando por qué leo un libro al revéz... (¿?)...) hasta que llegué al salón del maestro que mencioné antes y le dije a mi compañero: -Adiós, tengo clase. Entré al salón a esperar que el tipo se fuera, cuando abordó mi mente una incógnita que me sería posible plantear al maestro, considerando el hecho de que ése no era mi grupo y él ni siquiera es maestro mío.

-¡Hola profe! quiero preguntarle algo.
-Hola -.-u ... ¡Adelante, toma asiento! n_n
-Gracias... Verá, estaba yo escuchando Carmina Burana de Carl Orff, y me surgió una duda: ¿qué le gusta más a usted, Orff o Palestrina?
-¿Que qué me gusta más? mmm...

Yo pensé que me diría "Ya vete a hacer algo productivo y no me hagas perder el tiempo con idioteces", pero en vez de eso, me habló de un modo amable y he aquí algo de lo que permaneció sonando en mi mente. Cabe aclarar que existe un universo de diferencia entre Orff y Palestrina.
Primeramente, no es posible opinar de lo que no conocemos, si no hemos probado unos tacos, no podemos decir si nos gustan o no, y si los probamos es menester saber por qué, para lo cual es necesario conocer cómo están hechos, de dónde son, etc.

Así mismo, sería horrible comer unicamente tacos al pastor y no probar algo diferente; si yo me quedo con Rossini entonces puede que mi oído jamás llegue a degustar al romántico Chopin o a un casi sordo Beethoven. Podemos tener favoritos ¡Por supuesto! y también podemos correr riezgos probando algo que quizás nos ocacione la más terrible gastritis auditiva, pero lo importante es tomar un poco de todo, desde el conocido Mozart hasta un fuerte Offenbach, acompañado de un poco de Sammuel Barber.
Evidentemente no hace daño un poco de comida chatarra que encuentras en cualquier esquina, pero nunca debe ser lo único que consumas.

La conversación terminó no mucho después, dejándome meditabundo, no había pensado desde esa perspectiva... ¿y tu?

0 Razonamientos compartidos: