Si alguna vez te ocurre que has perdido a tu chica ideal [-linda, adorable, simpática... muy hermosa-] (-si, todo eso-) y únicamente tienes frente a ti a una mujer anciana... no olvides que las apariencias engañan. Así nos lo muestra un pasaje de "La Flauta Mágica" de W. A. Mozart, y cuando finalmente el joven pajarero descubre que la anciana es su hermosa chica, juntos cantan un dueto [-por dios, ni modo que un cuarteto de dos-] muy hermoso. Él se llama Papageno, y ella es su Papagena. [-Si a sus buenas merecedes no les parece suficiente lo que he dicho, bajo el video les proporciono una información más amplia para que vuestra cultura general aumente-] (-no me vengas con patrañas-) [-cállate Syan-]
Papageno (cazador de pájaros para la Reina de la Noche) está a punto de ahorcarse porque cree haber perdido para siempre a su amada, aunque elusiva, Papagena. Tres jovenes (en alemán Die drei Knaben), acaso también genios, lo convencen de renunciar al suicidio.
Papageno decide hacer sonar un instrumento musical obsequiado por las Tres Damas del séquito de la Reina de la Noche.
Papagena reaparece y canta junto con el pajarero real el dueto "Pa-pa-pa-pa-Papagena!"; ambos ensayan una especie de cortejo ornitológico (-ustedes disculpen tan atroces términos-) que culmina con el honestísimo deseo de tener muchos papagenitos.
Nadie ignora la afiliación de Mozart a cierta logia "Zur Wohltätigkeit!; la ópera "La flauta mágica" es una suerte de manifiesto masónico, con ritos de iniciación, pruebas de fuego y un Gran Maestre Sarastro; sin embargo, el verdadero héroe de la obra es el inocente Papageno que, a diferencia del formal y antipático príncipe Tamino [-psss ni su nombre me late-], rechaza honores y prebendas: solo aspira a conseguit un poco de amistad y amor. No es casual que Mazart le dedique a Papageno sus más conmovedores y deliciosos momentos musicales.
Créditos: "Cecilia ¬ Bryn at Glyndebourne: Arias and Duets"; concierto grabado en la Glyndebourne Opera House, Sussex Reino Unido, el 24 de abril de 1999.
Papageno (cazador de pájaros para la Reina de la Noche) está a punto de ahorcarse porque cree haber perdido para siempre a su amada, aunque elusiva, Papagena. Tres jovenes (en alemán Die drei Knaben), acaso también genios, lo convencen de renunciar al suicidio.
Papageno decide hacer sonar un instrumento musical obsequiado por las Tres Damas del séquito de la Reina de la Noche.
Papagena reaparece y canta junto con el pajarero real el dueto "Pa-pa-pa-pa-Papagena!"; ambos ensayan una especie de cortejo ornitológico (-ustedes disculpen tan atroces términos-) que culmina con el honestísimo deseo de tener muchos papagenitos.
Nadie ignora la afiliación de Mozart a cierta logia "Zur Wohltätigkeit!; la ópera "La flauta mágica" es una suerte de manifiesto masónico, con ritos de iniciación, pruebas de fuego y un Gran Maestre Sarastro; sin embargo, el verdadero héroe de la obra es el inocente Papageno que, a diferencia del formal y antipático príncipe Tamino [-psss ni su nombre me late-], rechaza honores y prebendas: solo aspira a conseguit un poco de amistad y amor. No es casual que Mazart le dedique a Papageno sus más conmovedores y deliciosos momentos musicales.
Créditos: "Cecilia ¬ Bryn at Glyndebourne: Arias and Duets"; concierto grabado en la Glyndebourne Opera House, Sussex Reino Unido, el 24 de abril de 1999.
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